El papel de un derrame accidental y un topógrafo avispado en el origen de la carretera moderna.
En 1901, Edgar Purnell Hooley, un topógrafo del condado de Nottinghgamshire, caminaba por Derbyshire, Inglaterra. Debido a su profesión, debía hacer trabajos por todo el país. Pero un día, al pasar un junto a una fábrica, se topó con un tramo de camino especialmente liso. Por aquel entonces, las carreteras se construían con gravilla, pero se deterioraban rápidamente al dejar las ruedas de los carros grandes surcos en ellas al pasar. La carretera era difícil de atravesar, en parte por la gran cantidad de polvo que se formaba, pero también porque las piedras afiladas pinchaban las ruedas. Para 1820, un ingeniero escocés llamado jhon loudon McAdam, había creado una superficie basica, pero no había encontrado el modo de aglutinar las piedras.
El tramo de camino que Hooley investigaba estaba increíblemente prístino. Habló con los lugareños y le contaron que se había caído un barril de brea en medio del camino. Con el fin de minimizar el lío creado por la sustancia viscosa, un empleado avispado tiró sobre la brea escombros procedentes de una fundición cercana. Esta repavimentación improvisada de la carretera se había solidificado, alisando la pista, y supuso, accidentalmente, el origen de la carretera de asfalto moderna. Al año siguiente, Hooley patentó el proceso de calentar brea y mezclarla con escombros y grava. En honor a su inventor original, esta sustancia duradera para carreteras se comercializó en Inglaterra como tarmacadam. Una vez se fue perfeccionando la formula, la Radcliffe Road de Nottingham asfaltaba del mundo.
0 comentarios:
Publicar un comentario