Endulzar el café fuerte con sal



Sabemos que la sal mejora el sabor de la comida, pero en 1997 los científicos descubrieron el porqué. En un estudio se pedía a los voluntarios beber una bebida ureica amarga con sacarosa añadida para endulzar o acetato sódico para salar. El azúcar no mejoró el sabor por sí sola, pero la sal si, y cuando se combinaron las dos, la bebida sabía aún mejor. Parece ser que la sal bloquea el amargor y potencia el dulzor. El café contiene muchas moléculas de sabor amargo, que son las que contribuyen a su sabor tan distintivo, pero para hacer la taza perfecta tiene que haber un equilibrio entre temperatura, tiempo de preparación y grosor del molido. Es fácil fallar con este delicado equilibrio, pero la capacidad de la sal para eliminar el amargor y potenciar el dulzor puede ser la solución a un café malo.



Química del café 





LA SAL BLOQUEA EL AMARGOR Y POTENCIA EL DULZOR

El aroma y sabor del café son fruto de una compleja mezcla de moléculas.


Moléculas amargas: Los granos de café contiene ácidos clorogénicos, que se descomponen en quinolacetones, fenil indanos y melanoidinas al tostar los granos. Estas sustancias son las responsables  de su sabor amargo.

Tiempo de infusión: Cuanto más tiempo esté el café molido en contacto con el agua, más componentes amargos entrarán en la bebida y más fuerte será su sabor.

Temperatura del café: La temperatura del agua afecta a la eficacia con la que las moléculas amargas son extraídas del café. Lo ideal es que esté entre 90 y 96 grados centígrados.

Grosor del Molido: Cuanto más fino, más superficie estará en contacto con el agua y más rápido se disolverán las moléculas amargas.

Sal: Añadir sal contrarresta el amargo y potencia el dulzor. Los minerales del agua calcárea también afectan al sabor. 


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