Antes se pensaba que la estructura del
átomo era una esfera de carga positiva que albergaba electrones de carga
negativa en su interior, como las ciruelas en un pudín. Con el fin de poner a
prueba la precisión de este modelo de «pudin de ciruelas», bajo la dirección de
Ernest Rutherford Hans Geiger y Ernest Marsden realizaron una serie de
experimentos entre 1908 y 1913 para probar la teoría de Rutherford de un nuevo
modelo atómico. Los físicos usaron una sustancia radioactiva para bombardear
una lámina fina de oro con partículas alfa de carga positiva. La mayoría de las
partículas atravesaron la lámina sin desviarse, lo que sugería que la mayor
parte de los átomos era espacio vacío. Sin embargo, algunos fueron desviados
por la lámina en distinto ángulos, lo que significaba que dichas Partículas
especiales habían impactado algo con la misma carga. Esto suponía que más que
una Carga positiva con electrones en su interior, una carga positiva más
pequeña se ubicaba en un denso núcleo atómico.
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