El
tamaño del sistema solar estelar que constituye la galaxia de la vía láctea es
espectacular y de Gran relevancia en la argumentación sobre el contacto con una
potencial civilización extraterrestre, suponiendo lo más simple primero: Qué
esa civilización se encuentra en alguna parte de nuestra galaxia. El tamaño y
forma de nuestra galaxia se determinaron durante la primera mitad del siglo XX.
Dos descubrimientos importantes hicieron que eso fuera posible: La existencia
de estrellas cefeidas en cúmulos Estelares, lo que permitió la calibración
precisa de la regla de medir que nos había proporcionado cualitativamente H. Leavitt
en 1912 (con ella se midieron distancias a otros cúmulos y se pudo estudiar su
distribución dentro del sistema galáctico); y la radiación emitida por el
hidrógeno neutro en la longitud de onda de 21 cm, lo que permitió estudiar la
distribución de hidrógeno en el plano de la galaxia. Ambos hallazgos llevaron a
la conclusión de que la galaxia de la vía láctea tiene brazos espirales, qué el
sistema rota alrededor de un centro y que mide aproximadamente 30.000 parsecs
de diámetro.
El
sol es una de las Estrellas del disco galáctico y está más cerca de la orilla
del disco que del centro, a dos tercios del radio galáctico. Por medio del
estudio de la distribución de hidrógeno y la velocidad con la que las estrellas
viajan por el espacio, que puede ser medida por medio de la espectroscopia
estelar, sabemos que la galaxia gira y arrastra a su Inercia de giro a todos
sus componentes. El sol es también partícipe de esa rotación y completa un giro
alrededor del centro galáctico en aproximadamente 210.000 mil millones de años,
es decir que desde su formación, el sol ha dado unas 21 vueltas alrededor del
centro galáctico. Tiene 21 años galácticos.
Naturalmente,
estando inmersos en nuestra galaxia no seremos nunca capaces de verla completa,
de cuerpo entero, de igual manera que es difícil saber la forma del edificio en
el que uno se encuentra sin haber salido nunca él. Comparando con otros
edificios que logramos ver por las ventanas y un cuidadoso análisis de lo que
alcanzamos a ver desde nuestro propio edificio, podemos inferir la forma que
éste tiene. De igual manera, hemos conseguido razones para pensar que nuestra
galaxia tiene forma y tamaño parecidos a los de una galaxia vecina a la
nuestra, Andrómeda, conocía en el medio astronómico como M31.
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