Asi es como se transforma el agua de mar en agua dulce potable


Nuestro planeta está cubierto de agua, pero países de todo el mundo sufren sequías porque el 96% de este líquido precioso se encuentra en los océanos, y por tanto, no es potable. El agua salada contiene más de un 30% de sal. Si tratásemos de consumirla, nuestros riñones se verían saturados, filtrarían el exceso de sodio y lo pasarían a la orina. Pero hay un problema. Beber agua del mar te deshidrata más que si no bebieses nada. Los riñones no pueden hacer que la orina sea tan salada como el agua del mar, y para eliminar la sal de un vaso debes producir más de un vaso de pis. La solución es la desalinización, proceso que elimina la sal del agua del mar para hacerla potable, o bien mediante una técnica de hervido llamada destilación súbita multietapa, o por un proceso de filtrado llamado ósmosis inversa. La destilación multietapa usa el mismo principio que la destilación solar: al hervir el agua, se produce vapor y quedan los cristales de sal. El vapor puede colectarse, condensarse y usarse para beber. La ósmosis inversa filtra el agua para eliminar la sal, sometiendo el líquido a alta presión contra una membrana que sólo permite que pasen las moléculas de agua. El agua pasa y deja salmuera a un lado de la membrana y agua dulce al otro. Según la Asociación Internacional de Desalinización, hoy día hay más de 18.000 plantas desalinizadoras en todo el mundo, que abastecen más de 86.000 millones de litros de agua diarios a 3oo millones de habitantes en más de 150 países.

Israel es uno de los países más secos del planeta, y ha sufrido sequías durante décadas, pero hoy en día cuatro plantas desalinizadoras abastecen más de la mitad del agua del país, con 600.000 millones de litros anuales. La desalinización se está abaratando y volviendo más eficiente gracias a los avances técnicos. Las tuberías de las plantas de Israel  son más grandes de lo normal, lo cual permite que se filtre más agua. También hay nuevos tratamientos químicos para evitar que las algas obstruyan los poros de filtrado. Y al volver el agua al mar, se recupera la máxima energía posible. El país dependía de la lluvia, pero en la realidad alberga la planta de ósmosis inversa más grande del mundo, y la mayor parte de su agua procede del Mar Mediterraneo.


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