Conocemos
con este nombre a un mineral de hierro color negruzco con la propiedad de
atraer el hierro, el acero y en grado menor algunos otros cuerpos; su nombre proviene
del francés antiguo aimant y del latín vulgar adimante “pedazo de hierro magnético”.
En un principio se le llamó así por su dureza, característica que le emparentó etimológicamente
con el término diamante. Sin embargo “magnetismo “la principal propiedad de los
imanes, es una voz de origen griego relacionada con Magnesia, la comarca metalífera
de la Grecia antigua. Los griegos, como otros pueblos de la Antigüedad,
descubrieron las propiedades magnéticas de la magnetita y del ámbar al ser
frotado; tales de Mileto, quien vivía cerca de esta comarca, pudo haber sido el
primer filósofo griego en conocer que la magnetita es capaz de atraer el hierro
y también que el ámbar, una resina vegetal fosilizada, al ser frotado genera
atracción de objetos ligeros, como las plumas de una ave. Aunque Lucrecio, el
poeta y filósofo romano, atribuyó el nombre del magneto (imán) a la región
griega mencionada, Plinio el viejo consideró que el origen de esta palabra es
el pastor Magnes, quien descubrió las propiedades de una gran roca magnética a
la cual se adherían los clavos de la suela de sus zapatos y la punta de su
cayado.
Dos caras de la moneda
Si
colocamos dos rocas cualquiera una al lado de otra y esperamos a ver qué
sucede, lo más probable es que nos llevemos una gran decepción, pues no ocurriría
nada entre ellas. En cambio, si ponemos dos pedazos de hierro juntos, veremos
que se unen “mágicamente”. En este caso nos encontramos de frente al fenómeno
llamado magnetismo; los dos polos de los imanes se atraen por su capacidad de
crear campos magnéticos que se extienden hacia fuera, más allá de sí mismos. La
existencia de estos campos magnéticos se relaciona con la naturaleza misma de
los objetos y, para nuestra sorpresa, con electricidad. Anteriormente los campos magnéticos se estudiaban de manera
independiente a los campos eléctricos: comenzaron siendo fenómenos aislados sin
mayor relación entre sí, y después se descubrió que son dos caras de la misma
moneda, conceptos como la materia y la energía o el tiempo y el espacio, ya que
uno puede transformarse en el otro. Su relación se explica dado que un campo eléctrico,
proviene de un objeto cargado eléctricamente, empieza a moverse.
Pequeños imanes
Los electrones
funcionaban como pequeños imanes debido a que tiene carga y se encuentran en
rotación permanente. Su Rotación produce un pequeño momento magnético que los
convierte en pequeños imanes con Polo Norte y Sur. Entonces, nos preguntaremos:
¿porque no todos los materiales son magnéticos? En el caso de los materiales no
magnéticos, sus electrones tienen rotaciones aleatorias, lo que hace que tus
momentos magnéticos se cancelen. En el caso de los imanes. Una gran cantidad de
sus electrones ordenan sus momentos magnéticos individuales en la misma
dirección.

Brújula
Pronto
se descubrió que la magnetita no sólo tiene la capacidad de atraer los objetos
hechos de hierro, sino que al ser moldeada en forma de alfiler y flotar
libremente en el agua, posee la cualidad de apuntar siempre hacia la misma
dirección norte sur. Así fue Cómo se descubrió el primer compás magnético. Cercano
a este primer descubrimiento, se supo que una astilla de hierro o acero en
contacto con un imán durante un tiempo prolongado también tiende a alinearse en
la misma dirección norte-sur. Y no cabe duda que reconocer donde se encuentra
Norte ayuda a localizar cualquier otro punto cardinal.
Otros usos
No
te los encuentras Como adornos en el refrigerador; sino que su utilidad se
extiende a lo largo y ancho de nuestras vidas cotidianas. Dentro de las
computadoras, los imanes sirven para almacenar datos en los discos duros; lo
mismo ocurre con las cintas magnéticas de las tarjetas de crédito. En las
bocinas, una espiral de alambre y una convierten las señales magnéticas en
vibraciones de sonido, aunque aparato es más complejo, como el equipo de
resonancia magnética de un hospital, también se basan en el principio de los
campos magnéticos para generar una señal tipo radar que arroja una imagen
detallada del interior del cuerpo. Su empleo se extiende a la industria donde
convierten la energía mecánica en electricidad dentro de los generadores
eléctricos o, por el contrario, la electricidad en trabajo mecánico dentro de
algunos motores. Se usan asimismo en aspiradoras, teléfono, batidora, lavadora
y un sinfín de aparatos electrónicos.
Gigantesco imán
El
funcionamiento de la brújula se debe a que la tierra misma actúa como una
enorme barra de imán. Esto provoca que todo objeto magnético que pueda moverse
libremente se orienta en la misma dirección que el campo magnético de la
Tierra. No obstante, la dirección del campo magnético de nuestro planeta no
coincide plenamente con el eje norte-sur del globo terraquio, aunque está
cercano que un compás que no haya sido corregidos logra proporcionar una guía
razonable.




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